fbpx

Soy Martin, fundador de YogaSpace, y  hoy quiero contarte como el Yoga me cambió la vida.

Devolvámonos un poco en el tiempo…

A los 21 años tuve varias crisis al tiempo: tuve un choque grande al entrar a la universidad porque venía de un colegio alternativo totalmente diferente y fue muy difícil para mí adaptarme, pero en especial hacer amigos, me sentía muy diferente a los demás a mi alrededor, definitivamente no encajaba.

Por otro lado había heredado un dinero de mi abuelo con quien tuve una conexión fuerte y mucho por resolver, yo pensaba que había superado todo pero luego haciendo terapias encontré muchas emociones contenidas que despertaron de nuevo. Una herencia es algo positivo pero yo sentía que no lo merecía y que si la recibía algo malo podía pasarme.

En ese mismo momento mis padres se divorciaron. Yo les decía que todo estaba bien pero a nivel emocional estaba muy mal pero no lo sabía porque estaba completamente desconectado de mis sentimientos: no sabía cómo reconocer mis emociones y sentirlas sanamente. No tenía el conocimiento o los recursos para adaptarme a este cambio, empecé a sentir miedo de que la mujer que me amara podía abandonarme.

Entonces empecé a sufrir ataques de pánico.

Sentía taquicardia, dolor en el pecho y en mi brazo izquierdo como si fuera a tener un infarto. Esto era algo que no podía controlar y me pasaba en cualquier lugar, no podía estar en espacios cerrados porque se despertaba esta sensación y en las noches no podía conciliar el sueño y me levantaba a caminar largas distancias tratando de calmarme porque sentía que al otro día no despertaría.

Luego pasé de médico en médico tratando de buscar la causa y sentía vergüenza cada vez que volvía a otra cita diciendo lo mismo una y otra vez… Acudí a tipos de medicina alternativa como el Reiki, equilibrio de chakras, terapia craneosacral, sanación de vidas pasadas, guías espirituales y mucho más  buscando otra salida porque nada convencional me funcionaba, me hicieron electrocardiogramas y todo parecía normal, pero yo sabía que me estaba pasando algo.

 Los ataques de pánico continuaron y yo no encontraba soluciones, entonces recordé mi primera práctica de yoga a los 14 años cuando le dije a mi mamá que quería aprender y ella me llevó a una escuela en la que a pesar que me sentía raro rodeado únicamente por adultos y con un tipo de Yoga con el que no conecté 100%, sí logré aprender algunas cosas y pensé que podía retomar este camino. 

Decidí asistir a todas las clases que podía: Hatha, Ashtanga, Iyengar y Shadow Yoga. La práctica sí me daba una sensación de calma, me conecté con la respiración y podía estar presente, consciente de mi cuerpo sin necesidad de ir al futuro donde estaban todos mis miedos, allí en esas clases de yoga sentía profunda paz y volví a tener fé en que un día podría superar todo.

Llevaba mucho tiempo sin sentir calma en mi vida, entonces ver esta tranquilidad y  control conmigo mismo, ver que me empezaba a servir ¡era increíble!, la sensación de desesperación y frustración empezó a irse y supe que el yoga era mi luz al final del túnel, que no estaba loco o roto, que podía sanar y hacer cosas por mí mismo.

Este proceso tomó tiempo, aprendí varias técnicas de sanación que ahora yo incluyo en las formaciones que hago, ayudándote a sanar el pasado, perdonarte a ti y a los demás, reiniciar el sistema nervioso que queda atascado y bloqueado en patrones como un corto circuito de estrés y ansiedad, también hice retiros solo, terapias manuales, en solo un par de años ya me sentía renovado, feliz, pleno.

El yoga me abrió las puertas para encontrar más puertas que necesitaba, fue mi salvavidas.

Mi formación como profesor de yoga con el Maestro Baron Baptiste fue el comienzo de una nueva vida, un giro de 180º, el comienzo de un nuevo yo. Siempre sentía que dentro de mí había posibilidades grandes pero no sabía cómo acceder a ellas. Cuando inicié mi formación descubrí que era mucho más valiente y resiliente de lo que pensaba, aprendí que independientemente de las circunstancias podía vivir conectado con mi paz interior.

Desarrollar la fortaleza de mi cuerpo fue la puerta de entrada a un nuevo estado de consciencia, más conectado, más profundo. Descubrí el verdadero significado de la palabra evolución. Lo mejor de todo fue compartir estas herramientas con otros, formar parte de su desarrollo físico, mental y espiritual. Enseñar Yoga es lo más divertido y gratificante que jamás haya hecho.

Te invito a que vivas esta sensación y este poder interior que despiertas y vives a través de tu práctica de Yoga. Acá te esperamos para descubrir y aumentar todo tu potencial, nos vemos en clase.